Sergio Ahumada llegó a Colo Colo en 1970 proveniente de Deportes La Serena, logrando dos títulos el 70 y 72, además de ser integrante del mítico plantel que fue finalista en Copa Libertadores.

El Negro, como cariñosamente le apodan sus cercanos, fue un delantero que marcó una época en el fútbol chileno, jugando dos finales de Copa Libertadores y obteniendo cuatro títulos nacionales.

En su periplo por el Cacique (1970-1974) anotó 41 goles y aportó 4 en la Copa Libertadores de 1973. Con la selección anotó el único tanto de la Roja en el Mundial de 1974.

Era un centrodelantero potente y con excelente juego aéreo, aportaba los atributos que le faltaban a Caszely para conformar una delantera de temer en la que también estaba Leonardo Véliz.

Era pieza fundamental para el Colo Colo de 1973. En la final de ida, los albos vencían 1 a 0 a Independiente en Buenos Aires, pero el Negro fue expulsado a los 73 minutos de manera muy cuestionable y se perdió la revancha en Santiago.

¿Qué habría sido de aquel plantel si terminaba la ida con once o si Ahumada disputaba la vuelta? Es algo que quedará en supuestos.

El jugador se retiró el año 1981 y posteriormente no supo como reinventarse en su vida, lo que le desencadenó una gran depresión que lo hizo aislarse de los suyos y por supuesto, jamás quiso conceder entrevistas.

Sus cercanos contaban que pasó de ser alguien de pocas palabras a no emitir ninguna, sólo un par de gestos. Se negaba a ver médicos, se descuidó físicamente, no le abría la puerta a sus amigos que lo visitaban e incluso era irreconocible para su familia, pues no asistía a los cumpleaños o navidades.

La vida del Negro tras el fútbol se le había vuelto gris, no encontraba una motivación que lo hiciera seguir adelante, hasta que su amigo José Sulantay, salió a su rescate.

Para Sergio Ahumada el fútbol lo era todo, así que el ex entrenador de la sub 20 decidió llevarlo como ayudante técnico de Coquimbo Unido. Ese elenco pirata le plantó cara al Colo Colo campeón de América en el torneo nacional.

El no obtener una copa no fue tema para él, ya era un hombre nuevo que se hacía ver: "Reintegrarse al fútbol para él fue extraordinario. Lo hacía conversar con los jugadores por su gran experiencia. Anotaba todo lo que estaba pasando. Nunca le hizo un daño a nadie. Es más, siempre ha sido puntual con la hora de trabajo”, contó Sulantay en una entrevista a La Tercera.

Hoy cumple 72 años aquel delantero que sufrió con las injusticias arbitrales en una final de Libertadores, un hombre que sin fútbol no sabe vivir y que hoy volvió a encontrarle sentido a la vida gracias a las buenas amistades.

Feliz cumpleaños Negro Ahumada.