Como es habitual, este jueves habló Mario Salas. Sesiente diferente en estos días, asume que la trascendencia del clásico lo tiene ansioso, pero no puede desviarse de sus labores al mando de la banca de Colo Colo

“El mariposeo en la guata va a aforar cuando estemos más cerca del clásico, pero no cambio mi rutina, mis hábitos van más allá del partido que se juegue. Sí es un partido distinto, hay un Arengazo, hay más medios. No estamos ajenos, pero mi rutina la sigo tal cual”, reconoció.

El Comandante ya le tocó disputar este partido como jugador del Cacique, pero será su estreno como adiestrador del club; “Es muy distinto vivirlo como jugador a como técnico. Siempre he pensado que ser director técnico requiere una mayor responsabilidad y se vive de otra forma. Estamos esperando el clásico con muchas ganas y esperamos que salga todo bien”, puntualizó.

Recordó como era para él saltar a la cancha durante un Superclásico siendo futbolista. Era parte de un equipazo y eso le fortalecía su confianza, además relató como vivía el encuentro.

A mí como jugador me generaba mucha confianza salir a la cancha en Colo Colo. Tenía buenos compañeros y un equipo muy potente. Y un cuerpo técnico que nos daba confianza. Jugábamos tranquilamente. No recuerdo momentos distintos a los demás partidos. En mi caso. Sí me acuerdo de un montón de cosas y una en especial: para esos partidos, los niveles de concentración llegaban tan alto, que lo que sucedía fuera del campo de juego era totalmente ajeno, era vivir un partido en silencio. Los gritos, lo que llegaba de la banca incluso era imperceptible. Era tu mundo. Uno veía a la gente, pero como en mute. Es como cuando veo los partidos que dan por la tele, le pongo mute. Me enfoco sólo en lo que yo pienso. Tengo esa sensación de los clásicos con la U”, relató Salas.

Era parte del plantel cuando Marcelo Espina celebró con el banderín el paso a la final de Copa Chile en el Estadio Nacional. El actual estretega albo se dio un tiempo para recordar esa efusiva celebración.

“Después que suceden esas cosas le tomamos valor. Si lo del banderín de Espina pasaba y empatábamos, no tendría resonancia ahora. Nos importaba ganar ese partido para ir a la final de Copa Chile. Es parte del folcklore, pero estábamos concentrados en ganar”, concluyó.