Colo Colo tuvo su esperado estreno oficial de esta temporada y cayó por 4-2 ante Universidad Católica, en un partido donde los albos desperdiciaron una ventaja de dos goles y sucumbieron ante el actual monarca del Campeonato Nacional.

Si bien la derrota caló hondo por cómo se dio y por tratarse de la disputa de un título, jugaban un equipo que recién se está armando contra uno que está ensamblado hace prácticamente dos temporadas, por lo que en la previa los albos no eran favoritos.

Se dio en plena pretemporada y en época de fichajes, por lo que Gustavo Quinteros realizó numerosos cambios en momentos que el partido no los pedía. Pero quería ver a sus nuevos refuerzos y por eso ingresaron Leonardo Gil y Martín Rodríguez, cuyo aporte es cuestión de tiempo para verse.

Hay que resaltar los primeros 60 minutos del Cacique, donde se vio un equipo con una idea de juego muy diferente al torneo pasado, en el que se plantaba para que no le hicieron el gol y recuperaban el balón a 50 metros del arco sin armas para generar ocasiones. Ahora fue un elenco más dinámico, que presionó la salida del rival y con un ataque mucho más directo.

El primer gol fue prueba de ello. Jeyson Rojas (de sólido primer tiempo) cortó líneas para robarle el balón a Gastón Lezcano y provocar una contra en la que Marcos Bolados avanzó más de 60 metros para asistir a Morales. Además, por los costados el Cacique tiene muchas variantes para generar preocupación en los rivales por tener hombres veloces.

A eso sumar los buenos rendimientos individuales de jugadores de casa como el propio Rojas, quien demuestra que su titularidad no es casualidad o Williams Alarcón. El volante no le dio respiro a Luciano Aued y estuvo firme en la recuperación, al punto que, tras su salida, Colo Colo perdió el control del mediocampo. Mención para Iván Morales, que en el primer tiempo se veía metido y definió con frialdad la apertura de la cuenta.

Punto aparte para los refuerzos como Leonardo Gil, que mostró dotes técnicos que sin duda sumarán a la conformación del mediocampo y se plantó con personalidad a pesar de sólo tener tres entrenamientos. Martín Rodríguez se ve que está fresco y que está en otro ritmo, por lo que evidentemente sumará.

Juan Carlos Gaete lamentablemente entró cuando más confundido estaban los albos, pero es uno de los jugadores más rápidos del fútbol chileno y con eso puede marcar diferencias. Y eso que falta la recuperación de Miiko Albornoz y la llegada del defensa central que puede cerrarse esta semana.

 

 

Hay una base en la que se puede trabajar para corregir los errores de cara al torneo donde los albos quieren disputar el título y meterse en copas. Esto dejó lecciones y hay que tener la mesura de que se enfrentaban un elenco que peleó el descenso que se rearmó contra el que es tricampeón.