Después de la Canción Nacional, el himno de Colo Colo es quizás el segundo en importancia en Chile por la gran cantidad de hinchas del Cacique que hay en nuestro país. Cada partido que juegan los Albos como local en el Estadio Monumental comienza y termina con el himno colocolino, una formal y bella tradición tanto en los títulos, como en los fracasos.

Miles de asistentes a la Ruca entonan a viva voz la melodía mientras suena por los parlantes del estadio, además de cantarlo a capela minutos antes de que finalice el encuentro. Si bien no es el primer himno del Popular, es la canción que quedó arraigada en la cultura chilena y difícilmente el club tenga otra melodía en el futuro.

La voz que suena en el Monumental es la del tenor Mario Barrientos, uno de los intérpretes musicales más importantes en la historia de Chile. Fallecido el 21 de enero del 2023 a los 91 años, dejó un legado en el fútbol chileno al interpretar la canción de Colo Colo, de Magallanes y de Deportes Temuco.

Respecto al himno albo compuesto por Carlos Ulloa Díaz en 1943, Barrientos guarda una particular historia al no haber recibido un sólo peso por haberlo cantado, puesto que sólo lo hizo por amor la música. 

Mario Barrietos en el Teatro Pompeya de Villa Alemana | Foto: Captura TVN

Mario Barrietos en el Teatro Pompeya de Villa Alemana | Foto: Captura TVN

Mario Barrientos, la “improvisada” voz del himno de Colo Colo

A mediados de los años 50, el joven tenor Mario Barrientos viajó a Estados Unidos para probar suerte en los escenarios norteamericanos. Pero antes de embarcarse rumbo a USA, asistió en 1953 a la Radio Cooperativa Vitalicia de Valparaíso para hacerle un favor a un amigo y grabar unas canciones, ya que quien las iba a cantar se enfermó y no pudo asistir.

Eran las canciones para los equipos Club Social y Deportivo Colo Colo y Deportes Magallanes, las cuales las leyó en un papel frente al micrófono, y las cantó en su estilo de tenor sin antes haber ensayado. Sólo una grabación necesitó para cantar la canción. Tres días después viajó a Estados Unidos, país donde supo poco y nada sobre el fútbol chileno, del que sólo conocía que eran 22 jugadores detrás de una pelota.

De vuelta en Chile a fines de los 90, específicamente en su natal Valparaíso, conoció a dos grandes amigos en su actividades musicales una vez jubilado: Luis “Sata” Ponce y Juan Hernández, dos hinchas de Santiago Wanderers que conversaron con DaleAlbo sobre su difunto amigo que sigue viviendo en cada himno colocolino en el Estadio Monumental. Ambos relatan que lo conocieron y compartieron con él una vez estuvo de vuelta en el país, tras pasar 40 años en USA, y sin conocer que era la voz del himno albo.

“Me contaba que lo llamaron de la radio y le pidieron el favor para grabar, como en esos años 50 era cantante romántico. Decía que ya tenían las pistas con orquestación para ambos himnos, y le pidieron que pusiera la voz. Después de eso, nunca más supo de la cuestión”, cuenta Hernández.

En un vinilo de Rodolfo Soto, se le respetó a Mario Barrientos como intérprete del himno albo | Foto: Cedida por Juan Hernández

En un vinilo de Rodolfo Soto, se le respetó a Mario Barrientos como intérprete del himno albo | Foto: Cedida por Juan Hernández

La grabación por la que no recibió un centavo

Cuando volvió a Chile, Mario Barrientos se enteró de que aquella grabación de 1953 era el actual himno de Colo Colo. Contó en enero de 2006 en el programa Hola Andrea que al encontrarse con un viejo amigo en su regresó al país, este último le entregó un sorpresivo regalo: “Fue para su casa, y cuando volvió me regaló un cassette. Era el himno de Colo Colo cantado por mí“.

Agregó en ese programa que un obispo de la iglesia le preguntó por los montos de aquella grabación: “¿Por qué no cobras por cada persona que escucha el himno, aunque sea un peso? Sería multimillonario le respondí jajaja. Fue gratis, si lo hice por gusto nada más, ni un centavo”.

Eso sí, intentó en sus últimos años poder recibir algo de dinero por los derechos conexos como intérprete de una pieza musical. Su amigo Luis “Sata” Ponce recuerda que buscó un litigio, pero finalemente no se concretó: “Me decía él que estaba en conversaciones con abogados viendo eso, pero al final murió y todo quedó ahí“.

Más allá de no haber sido compensado económicamente por los derechos conexos, sí fue homenajeado en vida por el Círculo Lírico de Viña del Mar. El año 2004, en el Teatro Municipal de la ciudad jardín, recibió aplausos y un emotivo reconocimiento por haber contribuido con su voz a la música chilena. “Tuvo el reconocimiento de sus pares, lo cual es muy importante”, finaliza Juan Hernández.