Han pasado 20 años de uno de los momentos más duros en la historia de Colo Colo. La quiebra del Cacique fue una noticia que traspasó cualquier frontera temática y que captó la atención de todo el medio nacional. Aun así, un equipo plagado de canteranos dirigidos por Jaime Pizarro se sobrepuso a la adversidad y gritó campeón en el año 2002.
Lo sucedido en aquella época es algo que atesoran los protagonistas de dicho plantel. Si bien no fue una etapa fácil, los jugadores se han encargado de destacar el esfuerzo y compromiso de todos para sacar adelante al equipo popular y, por supuesto, agradecer a la hinchada que tuvo un rol clave en la salvación del club.
Sebastián González y el rol del hincha de Colo Colo en la quiebra
Con distintas actividades como la Colotón, los forofos del Cacique tenían la oportunidad de aportar su granito de arena para apoyar al club. Además, la asistencia a los estadios y el aliento al equipo fue algo que los propios futbolistas destacan. Así lo recuerda Sebastián González. Chamagol, conversó con Dale Albo y recordó aquellos días en que tenían todo en contra y, aun así, pudieron campeonar.
“Se juntan todos estos jugadores que nacieron en el Monumental, consolidando algo que era realmente importante, que era ser campeón en un momento crítico. Ahí fue determinante también el hincha, desde el primer partido de la quiebra el estadio se empezó a llenar, agarró una generación de hinchas que bordeaban los 18 o 20 años que se identificaron mucho con nosotros. Yo recuerdo todos esos partidos, hasta para los amistosos estaba lleno, la gente se involucró mucho”, apuntó el Chama.
Pero para el goleador, los problemas no nacieron en el 2002, ya que, según su experiencia, “el año 1999 y el 2000 fueron distintos a todos los años que se vivieron a Colo Colo, porque ahí empezaron a deber los sueldos, empezaron las problemáticas internas, la gente no estaba yendo al estadio”.
Sobre su estadía en Macul, contó que le “tocó convivir en todas las series menores con lo más lindo que eran campeonatos ganados, figuras que llegaban, la familia que se generaba, a veces no podía ni entrar al Monumental con chicos como Manuel Neira o Héctor Tapia. Esa etapa es de los mejores recuerdos que tuve”.
Para cerrar, agregó que le “tocó subir al plantel en el 98 cuando dimos la vuelta olímpica con Gustavo Benítez y ahí ya me quedo. En el 99 empecé a jugar mucho más con Nelsinho y ahí empezó el período de rotación de técnicos, el problema dirigencial que llevó a la quiebra del club. Esos períodos fueron los más duros y los que más me marcaron, yo tenía apenas 18 años y me tocó madurar en ciertas cosas, como escuchar el tema de los premios, ir a la selección, a Juegos Olímpicos, me tocó convivir con muchas cosas que nadie me enseñó siendo formado en Colo Colo”.