Jorge Toro es toda una leyenda de Colo Colo. Surgido en 1959 como jugador profesional, tras una brillante actuación en el Mundial del 1962, partió a Italia en una época donde los traspasos de un jugador sudamericano a Europa casi no existían.
Allá jugó buena parte de su carrera, previo a volver al club de sus amores en 1971. Si bien el retorno no fue el esperado, jugando solo siete partidos en esa temporada, siempre se mantuvo ligado al club. Se retiró en 1976, jugando en La Serena.
Una verdadera leyenda de nuestro fútbol que, lamentablemente, no la pasa bien de salud. A sus 85 años, su condición ha ido empeorando paulatinamente desde 2017, cuando se le diagnosticó una leucemia. Actualmente debe recibir cuidados permanentes y debe trasladarse en silla de ruedas.
Quien fuera el mejor volante del Mundial de 1962 se encuentra actualmente en El Quisco. Allá cuenta con una residencia de un piso donde se le facilita el traslado. Está siendo permanentemente monitoreado y ha recibido ayudas por parte de Colo Colo y la Municipalidad del balneario.
Las ayudas que ha recibido de Colo Colo
Pero su salud cada vez afecta más y este 10 de enero, día de su cumpleaños, no pudo realizar la habitual celebración que realizan en el restaurant Los Patitos de Algarrobo. Pese a que tenían todo preparado, el complicado estado de salud no permitió el evento.
“Jorge no ha estado bien, esa es la verdad. Se operó hace un año de la próstata, y siempre está delicado. Está bien cuidado, pero eso también significa mucho esfuerzo, porque siempre hay que estar atentos a él, incluso de noche”, señaló a El Mercurio su esposa, Matilde Martínez.
“Nos venimos a la playa, porque la casa aquí es de un piso y eso ayuda en su movilidad. Hay que trasladar todas sus cosas, en eso nos ayuda Colo Colo y el alcalde de El Quisco siempre está pendiente, todos nos ayudan. El sábado nos mandaron una ambulancia”, agregó.
Sus hijos vendrán el viernes a acompañarlo. Mucha gente del fútbol y también que no es del fútbol me llama preguntando por él. Que sea lo que dios quiera”, señaló resignada su esposa.
Durante su estadía en el hospital recibió tratamiento con antibióticos. Dentro de su delicado estado, su situación se estabilizó, por lo que volvió a la casa. Ahí recibió la visita de César Vaccia, quien trabaja para la municipalidad de El Quisco como asesor deportivo.
“Es un ídolo y hay que cuidarlo. La idea es apoyar en todo lo que se pueda, económicamente y en servicios de Cesfam, ambulancia y todo lo que se necesite”, destacó.
“El sigue estable dentro de su estado, que es ya complicado. Una persona que lo ha apoyado e incluso lo acompaña a sus controles y apoyaba con una enfermera es Anibal Mosa”, señaló un cercano a Toro a El Mercurio.
¿Jorge Toro merece una estatua en el Monumental?
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