El año 2002, Colo Colo necesitaba generar recursos de todas las formas posibles para poder pagar los sueldos de sus jugadores y mantenerse a flote con la amenaza constante de desaparecer. Tuvieron que jugar casi todas las semanas partidos amistosos, grabar comerciales, organizar la Colotón y también presentarse en programas de televisión, el compromiso era total.
Sin duda que el tener que asistir a programas juveniles, recibir preguntas a las que no estaban acostumbrados y actuar en vivo era algo nuevo para el plantel del Cacique, pero lo hicieron por amor al club, Así lo recuerda Luis Ignacio Quinteros, quién narró esta experiencia en conversación con DaleAlbo.
“Sabíamos la situación crítica del club. Habíamos tenido participación en ese programa. Fuimos a bailar al Venga Conmigo, algunos fueron a Mekano. Teníamos que jugar partidos a mitad de semana, no teníamos problemas, porque queríamos ser protagonistas”, comenzó y no esconde que fueron momentos incómodos para ellos.
“La verdad que fue como súper raro, uno está acostumbrado a jugar y que te graben. Me acuerdo cuando nos tocó a bailar el onda onda, bailó el Chama, Rodolfo Madrid, éramos como cuatro o cinco. Teníamos que empezar a las 8, de jurado estaba la Marlén Olivarí, llega el coreógrafo, estaba más nervioso que jugar un clásico, era súper descoordinado, no era muy bueno para el Axé jajaja.Eran programas juveniles nos tiraban la talla y uno está acostumbrado a las entrevistas de fútbol, aunque por otro lado sabíamos la situación del club, lo hicimos como nos saliera y estábamos contentos”, recordó.
“En esa época, para nosotros más que jugar en el extranjero, queríamos jugar toda la vida en Colo Colo. Sabíamos la situación crítica del club”, Luis Ignacio Quinteros.
Las semanas de los jugadores del plantel de la quiebra no daban tiempo a descansos, ya que un día iban a programas y otros tenían que viajar a regiones para jugar amistosos, teniendo un año sobrecargado de compromisos para ayudar al club.
“Era entre hablar de ir a un programa a hacer algo que no estamos acostumbrado, después la Copa Gato. No me acuerdo haber tomado un avión, fueron todos los viajes en bus. Fue súper raro ver en cualquier otro club del mundo el haber logrado ser campeones en la quiebra. Jugamos más de 70 partidos ese año. No sé cuántos partidos se jugarán ahora, independiente si están jugando Copa Libertadores, pero 70 fue una locura, mucho, lo hicimos felices”, profundizó.
Nada de eso importaba a Quinteros, quien a pesar de la precariedad en la que se encontraba tenía claras sus prioridades.“En esa época, para nosotros más que jugar en el extranjero, queríamos jugar toda la vida en Colo Colo”, explica.
“Era la gran posibilidad, porque la situación del club nos permitía jugar. Era decir no perdemos nada, somos jugadores jóvenes, entramos sin ese temor y con las ganas. Con el Chama saludábamos a la Garra, y me decía ‘cuanto tiempo soñamos esto’. Vimos pasar tantas figuras, sentir que estábamos ahí con un Monumental lleno, era una locura, empezamos a sumar las cosas. Vamos a bailar, era todo muy comprometido, era agradable estar en ese plantel”, cerró.