Una vez finalizada la temporada 2022 que culminó con la estrella 33 de Colo Colo, la exigencia de Gustavo Quinteros fue la de mantener la base del plantel y buscar un par de nombres de jerarquía para no sólo revalidar el título en el 2023, también para dar el esperado salto de calidad a nivel internacional.
No obstante, en los últimos días se ha hecho más noticia sobre salidas de jugadores que llevaron gran parte del peso de la campaña como Matías Zaldivia y Gabriel Costa, y la casi segura partida de Gabriel Suazo, que, para peor, no dejarán nada a las arcas del club. A ellos se puede sumar Óscar Opazo, quien parecía tener todo encaminado para su renovación, pero tendría conversaciones muy avanzadas para llegar a Racing de Avellaneda también sin generar recursos a los albos.
Esto refleja la obsoleta política institucional para trabajar las renovaciones que lleva varios años dejando partir futbolistas a costo cero, cuyos ingresos podrían haber aliviado los problemas financieros del Cacique. Y no sólo se ve en jugadores con participación regular, también con juveniles en los que se invirtió fuerte para su formación.
Lentitud en las renovaciones
De cara a la próxima temporada, Colo Colo está a punto de perder a sus dos laterales titulares como Gabriel Suazo y Óscar Opazo, quienes no sólo vienen siendo protagonistas en los once desde hace vario años, sino que gozan del cartel de seleccionados chilenos. A priori son jugadores exportables y se sabía hace tiempo sus respectivas situaciones contractuales, pero por la manera interna de negociar se dilataron las negociaciones y hoy están a punto de salir gratis del club.
A ellos se suma lo vivido con Gabriel Costa, seleccionado peruano durante todo el proceso eliminatorio de Ricardo Gareca rumbo a Qatar 2022 y uno de los goleadores del Cacique. La prioridad del atacante era seguir en el Monumental, pero las conversaciones no fueron del todo fluidas. Cuando por fin parecían haber llegado a un acuerdo, el jugador sorprendió fichando por Alianza Lima y también se fue a costo cero.
No son los únicos. Carlo Villanueva también se despidió de los albos luego de que no se le renovara contrato y ahora puede negociar como agente libre con cualquier club que quiera contar con sus servicios. Si bien no era un titular, en Macul podrían hacer sacado algún rédito económico tras invertir fuerte en su formación.
Algo similar se vivió con Luciano Arriagada, uno de los delanteros de mayor proyección del club. Pese a que se le ofreció renovar, las condiciones no convencieron a su entorno y finalmente firmó con Athletico Paranaense de Brasil, pero también sin dejar nada al club.
Estos casos no son nuevos, ya que a principios de año se vivió con Iván Morales por un descuido dirigencial que no revisaron su situación contractual y por eso no apuraron una renovación. Esto provocó que el delantero dejara Colo Colo por apenas 400 mil dólares, pese a que en su minuto llegaron a ofrecer 3 millones por su carta.
Hay más situaciones como las de Javier Parraguez o Leonardo Valencia, jugadores por quienes Colo Colo hizo una importante inversión y que tampoco dejaron nada a sus arcas. El delantero termina su contrato en diciembre y no hay interés por renovarle, mientras que el mediapunta no convenció con su rendimiento y hasta hubo que indemnizarlo para que saliera.
Muestras claras de que algo en la política de renovaciones de Blanco y Negro falla y deben darle una vuelta o seguirán dándose situaciones como las anteriormente mencionadas. Tras años de millonarias pérdidas, el club no está en condiciones de dejar salir a tantos jugadores gratis por lo que el proceso interno debe revisarse, ya que a 40 días de terminado el campeonato, no fueron capaces ni siquiera de abrochar renovaciones esenciales para Gustavo Quinteros.