Está claro que un plan como el 60-40 de Marcelo Espina no se puede hacer de un día a otro, sobre todo considerando que hasta hace pocos años, las inferiores del Cacique estaban mucho menos trabajadas.

El gerente deportivo ha justificado insistentemente que su política de fichajes es para no tapar a los cadetes, algo que es válido pensando en el futuro. Pero un equipo como Colo Colo no puede descuidar el presente.

La historia y esencia del club no lo permite, los hinchas siempre quieren ganar y dar la pelea hasta el final. Por esa razón exprensan su molestia con el pésimo momento deportivo albo, porque es difícil asimilar que cuando ni siquiera se terminaba agosto el equipo estuviera prácticamente fuera de la discusión por el título.

A no ser que el juvenil sea un fuera de serie que gana partidos (no hay uno de esos en el plantel), el de menos experiencia tiene que acompañar, pero no solucionar los problemas. Era evidente a mitad de año que al equipo le faltaba un volante mixto de buen pie para arreglar un déficit y se vio que los jóvenes del equipo no podían asumir esa responsabilidad.

Con la partida de Esteban Pavez era todavía más clara la necesidad de contratar otro volante, pero Espina insistió en decir que el equipo era para todo el año, para después tener una voltereta de buscar refuerzos a última hora. 

Finalmente, por falta de tiempo no llegó nadie y el equipo lo padece, Espina dijo que quería reducir un plantel abultado, pero hoy parece que quedó corto, faltan variantes para situaciones determinadas. Al final se sigue dependiendo de la vieja guardia del equipo, quiénes por diferentes razones, han gozado de menos continuidad.

¿Por errores se le debe quitar piso a su proyecto que quiere potenciar a los juveniles? Por supuesto que no. Fue la primera persona que reflotó la importancia que debe tener el fútbol formativo para el club, antes tenía una política que ejercía una presión mediática que obligaba a traer refuerzos y sin darse cuenta, taparon a los chicos.

Se trajo gente capacitada y existe la materia prima para hacer algo en el mediano plazo. Es cosa de ver como los juveniles se han mantenido como la principal cantera del país, están ganando los títulos de sus categorías e incluso, siendo la base de una selección que llegó a un Mundial.

Esa idea debe mantenerse y sólo el tiempo dirá si se trabajó bien, es uno de los riesgos que todo club de fútbol debe afrontar y si es que fracasa, se vuelve a intentar. Pero se puede hacer sin descuidar el presente, ese que tiene en riesgo incluso llegar a Copa Libertadores, algo que puede privar de generosas ganancias al club.