Marcelo Espina presentó su renuncia a Blanco y Negro a pocas horas del crucial partido de Colo Colo ante Unión Española. El ahora ex gerente deportivo se fue molesto por la falta de confianza al interior del directorio y abrumado por las críticas que dejó el rotundo fracaso que fue su gestión.

El tiempo ciertamente no le dio la razón al proyecto que pretendía liderar. En poco más de dos años y estando en tres torneos, el Cacique ni siquiera peleó por el Campeonato Nacional y se conformó con una accidentada Copa Chile, pero también, mostró muchas contradicciones en su discurso.

Esto porque cuando fue presentado anunció que una de sus primeras medidas sería bajar el promedio de edad del plantel, que en cierta medida lo hizo cuando sacó a Jaime Valdés y Jorge Valdivia, a quienes nunca reemplazó. Pero no midió con la misma vara a Juan Manuel Insaurralde, Agustín Orión o Julio Barroso.

En los últimos meses, el gerente deportivo más caro del fútbol chileno brilló por su ausencia para explicar la crisis del equipo o negociar refuerzos que el equipo necesitaba urgente para salir del fondo de la tabla de posiciones. Todo eso, mientras los rivales directos fortalecieron sus planteles y que se ha visto traducido en la distancia que le sacaron a los albos en esta segunda rueda.

Pero uno de los símbolos de su fracaso fue sostener a Mario Salas cuando el equipo había perdido el rumbo la temporada pasada y apostar por Gualberto Jara como interino por un año completo, a pesar de que ya se hacía una pésima campaña. Cabe consignar que en ese cuerpo técnico se la jugó por Ariel Palena como PF, quien hoy es apuntado en la interna por el deplorable estado físico del plantel.

Mamarracho institucional

Sin duda que una de las grandes vergüenzas institucionales del año fue la polémica suspensión del partido contra Deportes Antofagasta. A pesar de que Marcelo Espina integró la Comisión Retorno del Fútbol, no se sabía los protocolos que debía cumplir para el viaje a Brasil y posterior encuentro contra el cuadro puma.

A eso se suma las acusaciones que recibe de ocultar información de forma constante, algunos, datos tan básicos como un simple parte médico o la lista de citados.  

 

El 60/40 que nunca se afirmó

En febrero del 2019, se anunció con bombos y platillos su plan institucional más ambicioso llamado “Proyecto fútbol joven Colo Colo 60/40”, el cual tenía como objetivo principal nutrir al primer equipo con un 60% de jugadores formados en casa. Si bien era de cara al centenario del club, los juveniles se vieron constantemente tapados por refuerzos que no rinden y siguen sin recibir demasiadas oportunidades a pesar del pésimo rendimiento de casi todo el equipo.

Julio Fierro es considerado uno de los arqueros de mayor proyección, pero los albos prefirieron hacer contrato hasta a un tercer meta que ni siquiera es citado como Darío Melo o traer a un veterano como Miguel Pinto. Ni hablar de lo ocurrido con Omar Carabalí, quien ahora está a préstamo en San Luis.

Gualberto Jara, quien es DT en cadetes, nunca se atrevió a apostar por chicos que el conoce de sobra y muchas veces optó por improvisar posiciones, siendo que ese riesgo es igual o mayor que promover a un juvenil, lo que sin duda, fue una pésima señal.

Marcelo Espina dejó su cargo siendo muy cuestionado por su labor / FOTO: Agencia Uno

Marcelo Espina dejó su cargo siendo muy cuestionado por su labor / FOTO: Agencia Uno

Negativo balance de sus refuerzos

Durante la gestión de Marcelo Espina llegaron 17 nuevos jugadores, de los cuales dos ni siquiera debutaron y sólo se podría decir que rindieron Pablo Mouche en su primer año, pero está prácticamente fuera del club y Esteban Pavez, que era un regreso. Al final, se gastaron más de 3 millones de dólares en jugadores que hoy están peleando el descenso.

Lo peor fue su pasividad en los momentos cruciales para traer futbolistas. En el último mercado de pases no propuso, ni negoció por algún nombre, ya que Falcón fue recomendación de Gustavo Quinteros, Pablo Solari de su ayudante, Ignacio Jara fue negociado por Harold Mayne-Nicholls y Jorge Valdivia por Aníbal Mosa.

A eso se suma su inoperancia para cerrar llegadas en momentos claves como lo ocurrido con Nicolás Díaz este año o cuando se cayó el fichaje de Martín Rodriguez por haber negociado a última hora y que hizo imposible que llegaran todos los documentos para inscribirlo.

Todo eso, tras caerse antes lo de Leonardo Valencia y los albos no consiguieron jugadores para disputarle el título a Universidad Católica cuando tuvieron muchas semanas para armarse.

 

 

La oficina técnica que nunca funcionó

Una de las primeras medidas de Espina era la creación de una secretaría técnica que iba a construir una base de datos con nombres que pudieran reforzar en el futuro a Colo Colo. Pese a que el Calamar dijo que siguen a 200 futbolistas, ninguno fue opción ¿Entonces cuál era su verdadera función?

Dicha oficina era conformada por Hugo González, ingeniero en administración de empresas, Matías Cerda, analista táctico y Enrique Troncoso, preparador físico. De ellos, sólo este último se mantiene en sus funciones, otra expresión del rotundo fracaso de Marcelo Espina.